domingo, 28 de octubre de 2012

Crónica de mi primera maratón (23-11-2011 Valencia)

Después de mucho tiempo aquí os dejo la crónica de mi primera maratón.

33 días antes de la maratón de Valencia, que tenía lugar el 23 de noviembre de 2011, recibo una llamada de mi amigo Mauro diciéndome que dentro de un mes correrías nuestra primera maratón. Obviamente, no tuvo que convencerme sino que en 5 minutos teníamos trazado el plan. Un nuevo reto en el horizonte y muchísimas ganas de con
seguirlo. 



Pronto conseguimos la ropa y las zapatillas para disputar la prueba, nos inscribimos en la prueba y comenzamos a entrenar. Cada uno en su propia ciudad, yo en Marbella y Mauro en Montpellier, comenzamos a correr una hora al día (los días que conseguimos salir a correr).
Mauro tuvo un problema de fascitis plantar que le impidió entrenar con regularidad y yo un golpe muy fuerte en las costillas haciendo kick boxing (está claro, la vida me dijo que era un error).
Por tanto, nos plantamos en el fin de semana de la maratón con 2-3 semanas de entrenamiento. El reto es bajar de 3h30min. La gente nos dice que con nuestro entrenamiento eso es imposible pero a nosotros eso nos motiva más aún.



Viajamos a Valencia y nos alojamos en casa de una amiga mía (Amanda). El sábado recogemos el dorsal e intentamos llegar a la pasta party. Contando batallitas nos despistamos y tardamos muchísimo en llegar a la pasta party. Este tiempo jugaría en nuestra contra para poder descansar un rato por la tarde y acostarnos pronto esa noche.



Nos acostamos a las 1:30 de la madrugada y a las 4:30 estábamos en pie para desayunar y dar tiempo suficiente a hacer la digestión. Nos volvemos a la cama y al rato ya estamos otra vez en pie dirigiéndonos al lugar de inicio de la maratón. Nos volvemos a perder y llegamos poco antes de que empiece la prueba lo cual vuelve a penalizarnos porque no podemos salir con la gente que opta ha hacer 3h30min con lo cual los primeros 15 minutos de carrera los pasamos adelantando a gente que va mucho más lento que nosotros.


Poco a poco vamos cogiendo nuestro ritmo. Las sensaciones que tengo no son demasiado buenas. A pesar de ello es mi primera maratón y corro con muchísima ilusión de ver dónde nos va a colocar la carrera.
Pasamos el 10.000 en 45:40 a un ritmo de 4:34 el km. Poco a poco las malas sensaciones van desapareciendo y la musculatura va cogiendo tono. Cuando llevamos 1:10:48 pasamos el kilómetro 15. El ritmo es prácticamente el mismo hasta ahora. Objetivo: que sigan pasando kilómetros que estamos dispuestos a conseguir nuestro reto.


Todo sucede a pedir de boca. Buenas sensaciones y a pesar de no intercambiar palabra alguna con Mauro es como si llevásemos una conversación telepática continua haciéndonos ver el uno al otro que todo va sobre ruedas. Es un placer poder hacer algo así con un amigo de la infancia que hace que esta experiencia sea preciosa. Por tanto, los kilómetros no pesan (de momento) si no que nos impulsan hacia la meta. Pasamos la media maratón en 1h37. Ambos al verlo nos ponemos muy contentos y continuamos a ritmo de 4:40 el km.


Desde aquí pasaríamos 2-3 kms más con muy buenas sensaciones y de ahí en adelante cada kilómetro se haría más largo y más duro.


Continuamos sin hablar pero los dos sabemos que nuestras piernas nos van pidiendo que el ritmo sea más cercano a los 5 min/km que a los 4:30 min/km con los que empezamos.


Pasamos el km 30 en 2h20. Empieza el sufrimiento de verdad y comenzamos a ver a gente que se empieza a parar para hacer estiramientos debido a los calambres musculares típicos de este tipo de prueba. En mi caso noto un par de amagos de calambre pero después de un par de minutos me doy cuenta que es una falsa alarma.
Cada 5 km ingerimos un gel como regla general hasta que desafortunadamente hacia el km 30 los geles que nos quedaban se me caen del bolsillo y me niego a volver a recogerlos. Mi cerebro me dice "si te paras no volverás a arrancar". Es momento de mucho cansancio y me niego a discutir con el de arriba xDD.


En el km 35 Mauro va un poco tocado. Paramos en el avituallamiento y a falta de geles Mauro saca una barrita energética. A Mauro le da muchas fuerzas para terminar la prueba pero a mi me da un fuerte dolor de estómago (error de novato sin duda).


Poco a poco me va costando mantenerle el ritmo a Mauro, que ahora ya es de 5:23 min/km cuando pasamos el km 40 en 3h11. Sabemos que estamos en tiempo para conseguir el objetivo pero los dos estamos descontentos por no poder mantener un ritmo más alto. Obviamente, a los dos se nos ha acabado la gasolina debido a la falta de entrenamiento anterior a la prueba.


Estos 2 últimos kms los hacemos más con la mente que con las piernas. A sido duro llegar hasta aquí pero el hecho de pasar la línea de meta unido a mi amigo es algo impagable.


Finalmente entramos en la línea de meta mientras observamos a un corredor que está vomitando a escasos 50 metros de la llegada. Poco a poco, vemos la línea de meta más y más grande. 40 metros, 30, 20, 10.... siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii lo hemos conseguido. Cruzamos la meta en 3:22:09. En este momento de lo primero de lo que te acuerdas es del motivo por el cual corrías la maratón. Poder brindarle este gran esfuerzo a mi cuñado Nacho que hace unas semanas le han diagnosticado un tumor en un testículo y al padre de Mauro, Germán, que hace apenas 2 meses le diagnosticaron un tumor a nivel digestivo. Desde aquí y cerrando estas líneas les envío todo el ánimo del mundo. Tras eso me viene la imagen de mi novia Cristina a la cabeza. La persona que desde siempre me ha apoyado en todo lo que he querido hacer. Gracias! Sentía tu apoyo a lo largo de los kilómetros.


Reto cumplido. Pronto volveremos.

Convierte tu vida en un reto!

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