Cuando somos pequeños nos enseñan a leer y a escribir.
Pero raramente se nos enseña a hablar, y todavía menos a escuchar.
Y lo curioso es que:
A saber hablar se aprende escuchando, del mismo modo que una de las mejores maneras de aprender a escribir es leyendo.
Oímos, pero no escuchamos. Del mismo modo que vemos, pero no miramos. Nos olvidamos de lo esencial demasiado a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario